La historia de Meryl.

Solo hacia unos días que septiembre había llegado, pero aquella noche corría más frío de lo normal 

por la piel de Meryl, que sentada en su cuarto, notaba como el aire chocaba con su cara una y otra vez. A  pesar de que tenía frío, esa sensación no le disgustaba, quizás así podría refrescar el embrollo que había en su cabeza. Había sido un día de lo más tranquilo, y había pasado una buena tarde con sus amigos, pero cuando la noche caía una ráfaga de pensamientos inundaban su mente.

Cerraba los ojos y la veía. La echaba muchísimo de menos, ahora mismo la hubiera abrazado con fuerza, la hubiera acariciado y besado, Al principio, seguro que ella se habría quejado, pero después le hubiera regalado algún que otro beso, que ahora mismo tanto necesitaba. Pensaba en ella misma, y en su alrededor. Quizás se cuestionara demasiado las cosas, quizás siempre estuviera buscando  un “ por qué” quizás..su escudo se estuviera fortaleciendo o simplemente quizás la oscuridad de aquellas cuatro paredes no le sentaran demasiado bien. Muy a su pesar, se sentía tan frágil en aquel momento..

De repente su mente empezó a indagar en sus amigas. Si reparaba en ello, se daba cuenta de que era una de las únicas a la que no le gustaba nadie, no tenía ningún chico que la hiciera suspirar .Le gustaba verlas sonreír y negar algo que realmente era verdad, pero odiaba que sufrieran  por ello. Meryl hacía tiempo que no estaba enamorada, recuerda esas lágrimas que derramo por él, recuerda esa ansiedad de querer verle, a pesar de que no paso absolutamente nada, solo fueron amigos..si se puede decir así.  En ese sentido ella si se sentía agusto . Pero eso pasó hace un tiempo, y ahora tenía otros problemas que pensar. Además, Meryl sabía que seguiría siendo así..o al menos eso creía ella.