UNA HORRIBLE PERO GENIAL CASUALIDAD. Capítulo 21.

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La Historia de Ángela.

El 1 de Enero se presentó lluvioso en todo el país. Según las noticias un temporal se aproximaba a la Península, y dejaría a su paso nieve en el Norte y lluvia en el Sur. La chica del tiempo recomendaba a todo el mundo quedarse en sus casas. Desde el sillón del sótano, Ángela observaba el vestido de la chica que explicaba con todo detalle las temperaturas de los próximos días. En el sillón de la izquierda, Gadea,  su madre, tejía una bonita bufanda granate para su suegra.
-¿Qué tal la fiesta? ¿Lo pasasteis bien?- Preguntó su madre.
-Sí, bastante bien.
-¿Se fue Vero muy tarde?
-La verdad es que no la vi en toda la noche. Había mucha gente en el Pub y no pude ni despedirme.
-Bueno seguro que se fue antes que tu.
-Seguro…

   Ángela pensaba en el chico que conoció aquella noche. Era bastante atractivo, y no esperaba que le diese su número de teléfono. La verdad es que ningún chico se había comportado de esa manera con ella: siempre era muy cortada y la verdad, no le había llamado la atención ningún joven de su instituto.
   De repente, su móvil emitió un pitido. Era un mensaje de WhatsApp. Desbloqueó la pantallita, pulsó el icono de la aplicación y observó que Bradley le había escrito.
“Se ha acordado de mí...”, pensó.
-Hola. ¿Qué tal?-Preguntó Bradley.
-Pues bien. –Contestó Ángela poniendo una carita sonriente al final de la frase.
-¿Cómo te fue la noche?
-Pues lo pasé genial. Tuve un buen comienzo de año. ¿Y tú?
-Al principio me estaba aburriendo, pero apareciste tu en dos ocasiones y la noche mejoró muchísimo.
-Si estas intentando ligar conmigo vas mal encaminado.
-Jajajaja ¿cuántas veces te lo tengo que repetir? Sólo quiero conocer a gente. Creo que me lo voy a poner de estado en WhatsApp.
-Espero que sea así.

   Los dos entablaron una larga conversación. Ambos se dieron cuenta de que tenían algunas cosas en común. Para empezar, ambos eran muy fans de One Republic, y se conocían todas sus canciones. Les gustaba el surf, aunque Ángela no lo practicase. Además ambos habían tenido ocasión de visitar Praga. Por último les encantaba la comida hindú.
 -Pues podríamos quedar e ir a comer a un restaurante hindú que conozco. Es buenísimo, de los mejores que he probado.- Le propuso Bradley.
-¿Me estás pidiendo una cita?
-Oye creo que estás paranoica con el tema de ligar. Sólo quiero que ya que tenemos cosas en común podamos ser amigos…
-Jajajaja ¡Es broma!- Contestó Ángela con un emoticono que lloraba de la risa.- Estoy encantada de que me invites a comer. Cuenta conmigo.- Finalizó con una carita que guiñaba.
-Perfecto, te espero mañana en la parada del bus.
-Ok.
-Son las siete… ¡LLEGO TARDE AL RESTAURANTE DE MIS PADRES!- Exclamó Bradley.
-Jajajaja ¡corre tardón!
-Hablamos mañana ¿Ok?
-De acuerdo.
-¡Adiós!
-¡Bye!

   Ángela se quedó pensando un momento. “Bueno es muy simpático, quizás solo quiera que seamos amigos. Debería de creerle al fin y al cabo me beneficiaría tener más amigos…”

   Pulsó la foto de perfil de WhatsApp de Bradley. Frente a ella, el chico de tupé rizado le sonreía mientras acariciaba a un perro. Sí, era mono. Pero no estaba enamorada de él, sólo era un amigo.

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